Jugar una carta implica la acción de mostrar la carta al oponente y pagar su Coste, para luego cumplir sus Habilidades, si es que la tiene. Siempre que una carta sea jugada, se debe pagar su Coste sin importar desde qué zona sea jugada, a menos que se especifique lo contrario.

Si la carta es un Aliado, Oro, Arma o Tótem, después de jugarla, es puesta en juego, y permanece en juego hasta que una condición de juego y/o efecto de otra carta o Habilidad haga que salga del juego, ya sea Destruyéndola, Desterrándola, Barajándola, Subiéndola a la Mano o Poniéndola en el Cementerio.

Para el caso de jugar un Arma, si se juega sobre una carta considerada como Aliado, el Arma permanece portada en esa carta mientras sea un Aliado. Cuando la carta pierda la condición de Aliado, el Arma es puesta en el Cementerio de su Dueño ya que la carta es un portador no válido.